Mi trabajo es una forma de exorcizar algo de mí mismo, que es muy emocional, tal vez preocupado. Puedo ser un sujeto que produce lo que es visible. Es mi silencio, no verbal respuesta.
Mi práctica se refiere a la fotografía digital, la manipulación de mi cuerpo utilizando este proceso, documentación de crecimiento del cabello y la eliminación, limpieza, aseo, este auto vigilancia implacable y obediencia.
Hay una multiplicidad de preocupaciones socio-culturales sobre la feminidad y el feminismo, sobre el cuerpo, sobre el control individual y el consumo en una sociedad de consumo. La comida es el medio a través del cual las mujeres se abordan, a su vez; alimentos se ha convertido en el lenguaje de la respuesta de las mujeres.
La obra de arte es un juego de preocupaciones escultóricas tradicionales, el proceso de agregar o quitar. Sin embargo, esto no se logra con piedra o madera, pero el chocolate o jabón, materiales degradables o incluso comestible que subrayan el estado transitorio del cuerpo. Las últimas obras muestran la naturaleza seductora aún repelente de la anatomía humana. Ellos encarnan formas de exteriorizar un muy interiorizado autoanálisis del cuerpo personal.
Si una curiosidad morbosa o un ejercicio terapéutico, este "cuerpo" de trabajo ha sido una idea de mí mismo. Mente auto; no imagen.